LA CRISIS DE VALORES DEMOCRÁTICOS
INTRODUCCIÓN SOCIALISTAS POR EL DEBATE 28/10/2022 1. Valores democráticos 2. Causas de la crisis de estos valores
3. Errores de la izquierda
4. ¿Qué se puede hacer desde la izquierda?
1.- Valores democráticos
Los valores democráticos: la libertad, la justicia social, la equidad, la igualdad de
oportunidades, el bien común, la responsabilidad ciudadana, etc. son los pilares de la
democracia. Son los valores que garantizan el sufragio universal, los derechos
individuales a la educación, a la salud, a la vivienda, a la participación en la acción
política, a la universalización de las pensiones, así como los derechos colectivos de
sindicación, de reunión y asociación.
Los valores democráticos no tienen el mismo significado y valor para todos los
ciudadanos; tampoco para los diferentes partidos políticos, por lo que estos no los
defienden de la misma manera. Es el caso de la sanidad, la educación, la vivienda e
incluso la libertad.
El peso de una ideología política sobre otras determina que la balanza se incline sobre
una mayor o menor defensa de los valores democráticos y de los derechos que
garantizan.
No es lo mismo una ideología neoliberal fundamentada en el adelgazamiento del
Estado, que como consecuencia privatiza sectores estratégicos, no interviene en las
reglas del mercado, baja de impuestos directos que repercute en un menor ingreso de la
recaudación e incrementa la desigualdad, que una ideología socialdemócrata que
impulsa un Estado fuerte , distribuidor de la riqueza y protector con los más vulnerables
La vulneración, la pérdida o la distorsión de los valores democráticos erosiona los
derechos individuales y colectivos y provoca problemas en el desarrollo de una
sociedad democrática, generando desigualdad e incrementando la exclusión social.
La consecuencia es el quebranto de la democracia.
2.- Causas de la crisis de estos valores
Se pueden destacar tres causas que han provocado la crisis actual.
Una es la influencia en la democracia del modelo económico del capitalismo. El
capitalismo se rige por el “mercado”, en el que se estimulan las conductas
individualistas y “consumistas” por encima del bien común, y en el que priman los
intereses individuales sobre los colectivos. Como consecuencia, se debilita la
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participación pública, en los sindicatos y en las organizaciones sociales y, por el
contrario, se refuerzan los grupos de presión y se toman decisiones desde espacios
políticos en los que no hay intervención pública.
Otra causa es el declive del sentido del “deber ciudadano”, porque se concibe al Estado
como el garante de todos los derechos y a los ciudadanos como beneficiarios de esos
derechos sin que hayan hecho nada por conquistarlos. Decía Luis Gómez Llorente que
“No hay derechos sin deberes y no hay deberes sin derechos. No hay conciencia del
deber porque han entrado en crisis esos referentes.”
La tercera es la falta de un ejercicio responsable de los valores democráticos por parte
de los ciudadanos. La libertad, por ejemplo, se concibe de una manera individualista sin
ninguna restricción más que la legal, sin tener en cuenta la libertad de los otros, el
respeto hacia ellos y la contribución al bien general.
3.- Errores de la izquierda
La socialdemocracia europea ha tratado de gestionar el capitalismo para hacerlo más
justo, se ha vuelto más pragmática cuando ha alcanzado el poder y ha aceptado muchos
postulados neoliberales. Ha olvidado los problemas que la globalización ha generado
especialmente en los trabajadores más vulnerables y en los jóvenes.
La izquierda ha defendido mejor los derechos sociales, apoyando las reivindicaciones
de las mujeres, de los homosexuales, etc., más que los derechos laborales de los
trabajadores: bajos salarios, horarios desmedidos, malas condiciones laborales, etc.
Los líderes políticos han relegado la comunicación directa con las clases trabajadoras
para favorecer la relación con los profesionales de la comunicación, los comunicadores
sociales y los líderes de opinión. Han descuidado la participación en sus propias
organizaciones y con sus propios militantes. 4.- ¿Qué se puede hacer desde la izquierda?
Una crisis democrática genera desigualdad en la sociedad, pero también puede despertar
la conciencia de los derechos ciudadanos y llegar a ser un impulso para un cambio
social. Pero es necesario que la izquierda reconozca sus errores y modifique su rumbo.
Debe reconocer que muchas de sus medidas han respondido más a las inquietudes de las
clases medias que a los problemas de las clases populares, poco dispuestas al “sacrificio
verde” y que desean un cambio más radical y más protección.
La izquierda tiene que lograr un Estado fuerte que sea capaz de enfrentar los problemas
económicos y sociales que el mercado no puede resolver, hablar más del crecimiento de
la desigualdad y de “ricos y pobres”, no como aconseja Garamendi, y exigir más justicia
social.
Tampoco hay que olvidar que la democracia necesita instituciones de la sociedad civil
suficientemente enraizadas y fuertes, que apoyen los valores democráticos. Por tanto,
los partidos de izquierda tienen que favorecer la existencia de este tipo de
organizaciones, lo contrario de lo que han hecho en el pasado.
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Por último, es necesario apostar por un desarrollo económico sostenible, puesto que el
crecimiento infinito no es posible, ni tampoco el “hiperconsumo” ya que la cantidad de
recursos y materias primas es limitada.
Aportaciones en el debate
1. La educación para la convivencia y la ciudadanía está teniendo problemas para
que sea eficaz en la formación de los ciudadanos en los valores democráticos,
puesto que no basta con que haya una asignatura unas pocas horas durante
algunos cursos. Se requiere que los centros educativos pongan en práctica en su
currículo, organización y funcionamiento cotidiano de esos valores, y en las
etapas en los que gobierna el Partido Popular se ha producido un retroceso
significativo en esa dirección.
2. Existe una relación muy estrecha entre estos tres sistemas: el sistema político, el
sistema económico y el sistema social. Cualquier cambio que se produce en uno
de ellos repercute en los otros dos. En Gran Bretaña, por ejemplo, la Sra.
Thatcher modificó la política de los laboristas, bajó los impuestos y aumentó la
pobreza.
3. No todos los poderes se manifiestan, también existen los poderes ocultos a nivel
mundial. La escritora italiana Loretta Napoleoni en su libro “Economía Canalla”
habla de la nueva realidad del capitalismo en la que las grandes mafias,
organizaciones criminales y corporaciones financieras operan ocultándose de los
Estados y sin ningún control. Se dedican a la trata de seres humanos, a la
prostitución de mujeres y de niños, al comercio de armas o de drogas, a las
transacciones financieras en paraísos fiscales, etc. y mueven una parte muy
importante de la riqueza mundial.
4. La democracia está retrocediendo en el mundo, como señala el Informe
“Libertad en el Mundo 2022: La expansión global de los gobiernos autoritarios”.
En él se señala que las democracias están siendo atacadas desde dentro por
fuerzas no liberales. El declive democrático afecta a todas las regiones y a todos
los indicadores democráticos, incluido el estado de derecho o la libertad de
expresión. De los 47 países elegidos por el Consejo de Derechos Humanos de la
ONU en 2022, solo 15 están clasificados como Libres, 18 como Parcialmente
Libres y 14 como No Libres.
5. La democracia debe defenderse de los ataques ampliando los espacios de
libertad, bienestar y seguridad. Es necesario evitar concentraciones excesivas de
riqueza y de poder y recuperar el espacio de la política para que la economía esté
al servicio del interés general. Son imprescindibles los consensos políticos y
sociales para conseguir una nueva legitimidad que permita progresar hacia una
democracia más avanzada, que se desarrolle en una economía de mercado, pero
no en una sociedad de mercado. Acabar con el descontento ciudadano y mejorar
la democracia no es posible sin la política y la participación de los ciudadanos.
6. En una visión histórica de la existencia de la democracia tenemos que pensar
que tiene una vida corta. Se inicia en Atenas y pasa a Roma, pero con la caída
del Imperio Romano desaparece durante el feudalismo. En el siglo XIX aparecen
los partidos liberales y conservadores que se reparten el poder. La democracia se
asienta en Europa a partir de la segunda guerra mundial, cuando aparece el
sufragio universal. La irrupción de Internet, las redes sociales y los procesos de
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globalización han provocado nuevos cambios en las sociedades actuales, cuyo
calado estamos empezando a percibir. Las clases trabajadoras han perdido el
poder que tuvieron con la revolución industrial o la revolución rusa y ello ha
influido en la creciente tendencia hacia la autocracia, porque los poderosos
consideran que ahora es el momento de devolver el poder a las élites y quitárselo
al pueblo.
7. El liberalismo es una filosofía política y económica, mientras que la
socialdemocracia no desarrolla una teoría económica propia, sino que toma la
teoría económica liberal. Los valores liberales están supeditados al valor
supremo de la propiedad privada y la posesión de los bienes. Los valores
democráticos de la izquierda se imponen con la revolución comunista y la
socialdemocracia; ésta pone el acento en la redistribución de la riqueza y añade a
los valores democráticos de la libertad y la justicia los de la igualdad y la
solidaridad.
8. La socialdemocracia ha sido un instrumento más del capitalismo. Amansa a la
clase trabajadora revolucionaria para que acepten el sistema. No se puede decir
que actualmente no hay democracia porque si así fuera no llegaría al poder la
extrema derecha como lo está haciendo. Los gobiernos se mantienen en el poder
o no sobre todo dependiendo de la marcha de la economía. La participación de la
sociedad civil ha disminuido y se ha acrecentado el poder de los partidos
políticos.
9. Aunque la socialdemocracia está tomando aire en estos últimos años, en varios
países latinoamericanos están ganando las elecciones partidos de izquierdas y en
España se han tomado medidas muy importantes como el Ingreso Mínimo Vital
o los impuestos especiales a las grandes empresas, sin embargo, el problema es
que la clase trabajadora no se reconoce como tal.
10. Actualmente se está viendo tanto en Europa como en América el peligro que
corre la democracia: en EEUU con la irrupción del trumpismo, en Brasil el
problema de la polarización provocada por Bolsonaro y en Europa la emergencia
de la extrema derecha con la llegada al poder en Italia. La defensa de la
democracia requiere de la alianza con aquellos sectores liberales de la derecha,
puesto que desgraciadamente la polarización política de muchas sociedades
impide que la izquierda pueda hacerlo sola |