MEMORIA HISTÓRICA: USOS Y
ABUSOS
Ponente: Reyes Mate
RESUMEN DE LA PONENCIA Madrid 28 de marzo de 2025
El
ponente empieza manifestando que no está en la línea de las leyes españolas de
la memoria, ni de la primera “Ley de Memoria histórica”, ni de la segunda de
“Memoria democrática”. La memoria puede jugar malas pasadas. Hay una obra de
teatro actualmente en cartel en el Teatro de la Abadía que se llama “Viejos
Tiempos” de Harold Pinter, que trata de tres amigos que no se han visto en
treinta años, se juntan para recordar y terminar mal, porque aparecen viejos
recuerdos que envenenan la relación.
La
memoria a veces mata. Hay guerras que se provocan a causa de los recuerdos,
como la que se produjo en Europa entre los serbios y los croatas por lo que
recordaban de la 2ª guerra mundial. La memoria es un terreno minado porque a
veces cada cual tiene recuerdos diferentes.
La memoria de las víctimas: evolución
del concepto
Los
historiadores hablan del pasado, igual que las víctimas. Los historiadores
hablan de los conocimientos objetivos del pasado, de lo que se puede hablar con
rigor. Las víctimas hablan de sus vivencias que son muy personales y
subjetivas. Los intelectuales y los historiadores (Santos Juliá, José Luis
Cebrián, etc…) demonizaron la memoria, pensaban que había que echarla al
olvido, que era un asunto privado que no debía pesar en la política. Muñoz
Molina dice que es buena para fabular, pero no para conocer el pasado.
En primer lugar hay que reconocer que
la memoria es un concepto antiguo.
Aristóteles decía que es un sentimiento, no un conocimiento. La memoria en la
Edad Media tuvo mucha relevancia, porque consideraban que el pasado era la
norma para el presente.
La
gran atención a la memoria se ha producido después de la 2ª guerra mundial. En
el siglo XX la memoria deja de ser considerada un sentimiento y se considera un
conocimiento. Supone dar importancia a conocer la historia del sufrimiento que subyace
a los hechos. Qué pasa con los hechos no realizados, los “sueños” de las víctimas.
La memoria no descubre a las víctimas, siempre se ha sabido que las había.
Los
filósofos quieren saber cómo se hace la historia, qué pasa con las guerras y su
repercusión sobre las poblaciones. Llegan a la conclusión de que no tienen
sentido la guerras porque se hacen en torno al sufrimiento de la humanidad. Son
un matadero. Hay una racionalidad en la historia que justifica las guerras que
es el “progreso”. Las “víctimas” han sido irrelevantes, son el precio del
progreso. La memoria hace que la injusticia pasada se haga presente, la memoria
es la abogada de las víctimas. La memoria reivindica el deber de la justicia.
El segundo momento de la “memoria” fue
después de la 2ª guerra mundial.
Cuando los supervivientes de los campos de exterminio, extendidos por varios
países y sin ponerse de acuerdo, empezaron a hablar de “Nunca más”. Para ello
el antídoto es la memoria. El deber de la memoria. Las fuerzas vencedoras
tampoco querían que se repitiese la guerra mundial y tomaron una serie de
medidas: el Tribunal de Nüremberg, el Plan Marshall, la desmilitarización de
Alemania y otros.
Para
las víctimas era más importante la memoria que las medidas políticas, económicas
o militares. ¿Por qué? Porque lo que vivieron fue impensable, inimaginable. No
entraba en los cálculos de la humanidad. Genocidios ha habido muchos. El
genocidio judío tenía de especial la idea de exterminio total, de la desaparición
física de ese pueblo (en los campos de exterminio machacaban los huesos de los
muertos hasta convertirlos en polvo). Hitler lo explica muy bien en su libro “Mein
Kampf”, para que la humanidad se olvidara de las aportaciones del pueblo judío.
Ellos decían palabras peligrosas: culpa, no matar, etc. palabras claves de la
concepción moral de su cultura. No hay relatos, de los muchos que ya existen,
que se acerquen a lo que verdaderamente pasó.
Los
europeos pensaban que el ser humano es un ser racional. Pero ahora tenemos que pensar
en lo que hemos hecho para no volver a repetirlo. La memoria consiste en “pensar
de nuevo” las piezas de la historia, la política, la moral, la religión. Volver
a pensar sobre la experiencia de la barbarie. ¿Qué significa pensar la
política? La política sin violencia, sin barbarie. La violencia está en las
entretelas de nuestra cultura. La guerra forma parte de la política desde
siempre. Hay un culto a la guerra. Hay que pensar durante la tregua entre dos
guerras.
¿Cuál
es el valor más sagrado de toda nuestra cultura? El “progreso”, el crecimiento.
Progreso y fascismo coinciden. El fascismo con naturalidad sacrifica a una
parte de la humanidad en aras del progreso. Actualmente ya empezamos a creer en
que el progreso lleva a la catástrofe por la insostenibilidad del planeta y el
cambio climático, pero nadie quiere renunciar al progreso.
La
memoria no se resuelve creando un museo o resignificando el Valle de los
Caídos. La idealización de la República o del liberalismo español es peligroso,
porque no conviene idealizar el pasado, como ha hecho la izquierda, sino que es
necesario ser críticos con él. La memoria, aunque mira al pasado, no es para
quedarse en él, sino para sacar conclusiones para el futuro.
En resumen:
1.
La memoria es conocimiento de la
parte oculta de la historia, de la existencia de las víctimas y, por tanto, de
la importancia de la justicia.
2.
El deber de memoria: “Nunca más” para
construir un futuro, para crear las condiciones necesarias y no repetir el
pasado.
3.
Implica dificultad porque nos concierne a
todos: a las víctimas, a los victimarios y a los observadores. La ETA no
puede pensar que son héroes, sino que son asesinos. Las víctimas también tienen
que cambiar para dejar de ser víctimas, para liberarse de esa carga y ser ellas
mismas. Los observadores no podemos identificarnos con las víctimas, que es lo
más fácil, sino preguntarnos en qué coincidimos con los victimarios.
La ley de Memoria Democrática
Es
una buena ley de justicia histórica, pero no es una ley de Memoria. Tiene la voluntad
de reparar lo reparable y compensar lo irreparable. Tiene en cuenta las exigencias
del “Nunca más”. Pero, ¿sólo para las victimas democráticas? ¿Y qué pasa con
las otras? ¿Las víctimas del otro lado no merecen memoria? Para Franco no
contaban las víctimas del otro lado porque estaban justificadas por sus fines.
¿Y para la izquierda?
Carmen Calvo lo dijo bien claro: “la ley sólo habla de la
memoria de los luchadores por la libertad”. Confunde la “memoria” con la
“memoria de los demócratas”. Esta es una ley de parte. Una ley de memoria trata
a las víctimas como seres humanos objeto de violencia injusta. Todas las
víctimas son inocentes. No tiene que ver con la ideología de la víctima.
Azaña dijo: “si queréis la paz escuchad a los
muertos de ambos lados sin odio ni rencor”. Hablaba de paz, piedad y perdón
para resolver un conflicto social con otras armas que no eran la guerra.
Arafat y Rabin cuando firmaron los Acuerdos de Oslo
manifestaron conjuntamente que “preocuparse de las víctimas del otro es la
piedad”.
Pérez Galdós también escribió: “si los muertos pudieran
decirnos algo dirían que para la reconciliación, piedad y perdón”.
Largo Caballero dijo que “había que tomar medidas sin
distinción entre las víctimas de una y otra parte para conseguir la concordia”.
Alejandro Ruíz-Huerta, uno de los abogados de Atocha que sobrevivió
al atentado, en su libro “Violencia, memoria, compasión” dice que “para acabar con
la violencia hace falta compasión como un gesto hacia los demás, hacia todos
los que sufren, incluso hacia los victimarios”. La memoria es una inversión en
convivencia.
El
aspecto de tratar a todas las víctimas por igual es el que falta en la ley y
por eso tiene una dificultad para llevarla a los centros de enseñanza.
APORTACIONES EN EL DEBATE
Varios
intervinientes agradecen al ponente su exposición al mismo tiempo que expresan
la confusión que les ha producido algunos conceptos tal y como han sido
utilizados por el ponente: memoria, piedad, compasión, perdón.
Comentario 1: Las
víctimas del bando nacional ya fueron recompensadas en su momento, por lo que
faltaba recompensar a las del bando republicano. Sin embargo, es necesario
repensar la cultura para no repetir el pasado, pero sobre todo hay que hacerlo
mediante la educación para las nuevas generaciones. Se requiere cambiar los
modelos de enseñanza para que no sean meramente reproductores de los
anteriores.
Comentario 2: El
Arzobispo La Higuera le dijo a un represaliado: “perdonar es de cristianos y
olvidar es de burros”, lo cual está muy bien. Pero se produjo un cruel golpe de
Estado que desencadenó una represión atroz. Actualmente la derecha está
intentando ocultar qué era la Dirección General de Seguridad.
Comentario 3: Los
conceptos de “compasión” y “perdón” en nuestra cultura se vinculan con la
Iglesia Católica, muy implicada con el franquismo, por lo que son difíciles de
comprender aplicados a este contexto. Aunque también conocemos experiencias de
nuestra historia reciente relacionadas con el terrorismo de ETA que demuestran
la importancia de esas actitudes para favorecer la reconciliación. La película
“Maixabel” pone en primer plano la relación que ella establece con el asesino
de su marido con esas claves y, sin embargo, la política penitenciaria que
favorecía esos encuentros no perduró durante mucho tiempo.
Respuesta: Las políticas penitenciarias del País Vasco
cambiaron cuando cambió el gobierno y entraron el PNV en el gobierno vasco y
Aznar en el gobierno del Estado, que querían pasar página cuanto antes.
La
memoria cuando se convierte en conocimiento deja de ser un asunto privado y
pasa a ser un asunto público y político. Perdonar no es olvidar. El perdón hay
que hacerlo sobre la memoria. Jorge Semprún escribe un libro titulado “Las dos
memorias” en el que hace una crítica de que la memoria es “hemipléjica”, porque
solo mira hacia un lado.
Los
conceptos de “compasión” y “perdón” se vinculan en nuestra cultura con la Iglesia
Católica, pero no solamente, hemos visto que personas agnósticas, o incluso
ateas o de otras religiones, los emplean. Nuestra cultura occidental está más
centrada en el castigo que en el perdón.
Comentario 4: No hay
más que ver la reacción del PP hacia estas leyes para considerar que solo
implica a una parte de la sociedad. No es democrática en el sentido amplio del
término porque deja fuera a una parte de la sociedad. Esta ley es una buena ley
desde el punto de vista de la justicia social, el reconocimiento y la
reparación hacia las víctimas democráticas, aunque sabemos que hubo víctimas en
ambos lados. También contiene un mensaje importante para esas víctimas puesto
que les ayuda a recuperar su dignidad.
Comentario 5: La derecha
española nunca ha denunciado al franquismo, porque forma parte de su pasado.
Sabiendo que está en la condición humana utilizar la violencia y que no sabemos
cuál sería nuestro comportamiento en una situación extrema, creo que plantearse
el “Nunca más” es una utopía.
Comentario 6: Actualmente
hay una parte creciente de la población, sobre todo entre los más jóvenes, que
están idealizando el franquismo y no se entiende la reacción de la izquierda
que parece tener un sentimiento de culpa que le lleva a hablar de perdón.
Respuesta: Se detecta muy buena voluntad en los
políticos, pero hay mucha ignorancia. En las leyes hay un sentido de considerar
el “Nunca más” pero refiriéndose al pasado y para hacer justicia a las
víctimas, pero no con sentido de crear las condiciones en sentido prospectivo
para el futuro. Nuestra moral burguesa occidental nos impide “repensar”.
El
“perdón” es dar una segunda oportunidad al victimario para poder demostrar que
es capaz de hacer el bien. Las “víctimas” son todas iguales en su inocencia,
aunque no todas tengan la misma significación política. No es lo mismo una
víctima de los GAL, cuya existencia era considerada un error en un Estado de
Derecho, que las víctimas de ETA, porque los asesinos eran considerados por una
parte de la sociedad como unos héroes. Las víctimas generan una ética muy
interesante que sobrepasa nuestra ética vengativa.
La
Comisión del Valle de los Caídos y la ley de Memoria democrática
Se
pregunta al ponente sobre su participación en la Comisión del Valle de los Caídos
y sobre su intervención en las leyes de Memoria.
Respuesta: Contesta que participó en esa comisión que se
constituyó hace unos años y en ella se llegaron a tomar los siguientes
acuerdos:
-
Resignificar el lugar, siguiendo el ejemplo de los campos de exterminios nazis.
-
Sacar a Franco de su sepulcro
-
Cuestionar a la Comunidad de Benedictinos y cambiarla por otra Orden religiosa
-
Realizar un concurso mundial (del que se está hablando ahora) para resignificar
el espacio de la explanada, de manera que se equilibrara el espacio de la
Basílica con un espacio laico, además se abriría un acceso directo al
cementerio sin tener que pasar por la Basílica.
Añade
que se invitó a participar en la comisión a un delegado de la Comisión Episcopal,
que rechazó la invitación, igual que no asistió el representante del PP.
Considera positivo el acuerdo reciente con el Vaticano, por el que sigue la Basílica
y se mantiene la Orden de los Benedictinos, pero cambiando al Rector y a los
elementos más señalados por franquistas, porque así la Iglesia Católica tiene
la oportunidad de analizar críticamente su papel en el franquismo.
Respecto
a su participación en la ley de Memoria Democrática, el PSOE le llamó pero
cuando supo que las víctimas a las que se dirigía la ley no eran todas no quiso
participar.
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